Las empresas implicadas hacían uso de empleados propios o colaboradores procedentes de Filipinas, Bangladesh o Europa del Este para que publicasen en las redes, foros y demás comentarios favorables de las mismas haciéndose pasar por consumidores y clientes. Estas recomendaciones falsas se hacían en todo tipo de páginas de recomendaciones apareciendo en buscadores como Yelp y Google Local.
Como remuneración, los empleados y/o colabores recibían entre setenta y cuatro céntimos o siete euros por reseña y eran captados mediante mensajes de páginas de anuncios con mensajes como el que sigue: “Hola… Necesitamos a alguien que publique una o dos reseñas al día en páginas como Yelp, Google reviews, Citysearch o similares”. Incluso añadían “Nosotros proveeremos el texto/reseña. Tienes que ser capaz de publicarlos sin llamar la atención”.
Esto se conoce como astroturfing, y para Schneiderman son sinónimo de publicidad encubierta, lo que constituye motivo de sanción.
Esta sanción no ha tenido lugar de un día para otro, sino que lleva una investigación de los casos desde hace más de un año. Es más, algunos de los miembros de la oficina del fiscal se han hecho pasar por propietarios de diversas tiendas que solicitaban ayuda a las compañías sancionadas para la optimización de su marca en los buscadores.
Imagen: brydgeslaw