Pues bien, si aún os queda algo de este material precioso y tenéis en mente desprenderos de él, más vale que os deis prisa pues dada la enorme posibilidad del repliegue en estímulos de la Fed y el freno en la caída del dólar, se aceleran las desinversiones en el oro y, en consiguiente, el precio del mismo. De hecho, el precio de este material roza su mínimo tras cuatro meses seguidos de caídas.
El hecho de que hace no mucho tiempo el oro alcanzase máximos históricos en su precio se debe, en gran parte, a las alertas de hiperinflación a raíz de los millonarios programas de estímulos de los bancos para aliviar los efectos de la crisis.
Pero de un extremo pasamos a otro en menos que canta un gallo, al menos en lo que a la zona euro respecta. En EE.UU. aún no se notan estos efectos y el IPC interanual se ha reducido al 1% (mínimo desde 2009).
El hecho de que la Fed disminuya su ritmo en la ‘impresión’ de dólares provoca que la reacción de los inversores se haga esperar, siendo el oro uno de los grandes damnificados. La cotización de este metal deja de ser a 1.300 dólares la zona para rozar históricos mínimos de 1.240 dólares la onza.
Y la cosa no parece que vaya a mejora en 2014, ya que según Goldman Sachs, se espera que el precio del oro caiga, como poco, un 15% durante dicho periodo.
Imagen: larepublica
vender oro says
Mucha gente hizo pronósticos muy altos y, además, muy fantásticos. He aquí la realidad…Saludos.