La reunión del Ecofin que se celebrará mañana intentará conseguir que Alemania acepte una autoridad comunitaria que decida sobre la liquidación de bancos y la creación de un fondo que financie esas quiebras.
Estas dos propuestas forman parte de proceso de creación de la unión bancaria europea y si las autoridades alemanas siguen sin aceptarlas pueden comprometer el calendario que había previsto un acuerdo antes de terminar 2013.
Es difícil que se pueda alcanzar ese acuerdo ya que desde Berlín se ve a esa autoridad comunitaria como una forma solapada de mutualizar las deudas de los bancos con problemas y Alemania considera que eso solo es posible con una reforma del Tratado de la Unión. Para seguir avanzando hacia la unión bancaria, el Ejecutivo alemán sugiere que cada país tenga su autoridad y su fondo para estas situaciones, una idea rechazada por la mayoría de los estados y por la Comisión Europea, que solo lo ven con una continuación de la actual fragmentación bancaria.
Otro aspecto en el que Alemania no está de acuerdo es con el número de bancos que estarían supervisados por esa autoridad única. Desde Berlín se propine que solo analice la situación de las 130 entidades más importantes de la Unión Europea, algo que permitiría al Gobierno alemán seguir controlando sus cajas de ahorro. Bruselas y el resto de países quieren que el nuevo sistema controle a los 6.000 bancos y cajas de ahorro que existen en la zona euro, ya que todas corren el riesgo de tener problemas de liquidez.
En relación al fondo para financiar las quiebras, la Comisión propone la fusión de todos los fondos existentes en cada país, hasta crear un fondo único europeo, una solución rechazada por Alemania, que prefiere que cada país solucione los problemas de sus entidades financieras con sus propios fondos nacionales.