Las rentas sujetas al tope del 50% disfrutarían de una rebaja de dos puntos, equivalente a 6.000 euros en el caso de unos ingresos anuales de 300.000. En caso de residir en las comunidades que aplican los mayores gravámenes, el ahorro sería de seis puntos; es decir, 18.000 euros como mínimo… un aligeramiento de la carga fiscal veinte veces mayor que el correspondiente a las economías más modestas (es decir, las nuestras).
No sólo contarán con una ventaja sobre el IRPF las rentas más altas, sino que también disfrutarán de una disminución en los tipos que pesan sobre los rendimientos del ahorro que, al no acumularse a los demás, ya están recibiendo de por sí un trato más favorable que los del trabajo o las actividades económicas.
En la actualidad, quien tenga aún la capacidad de ahorrar, tributa al 21% sus rendimientos de capital hasta los 6.000 euros, al 25% hasta los 240.000 y al 27% el resto. Así que, si sigue adelante la recomendación de los sabios, aquel que obtuviera 500.000 euros terminaría ahorrándose 30.000, siempre que no recurra a instrumentos más ventajosos para la elusión de impuestos como es el caso de las sicavs.
Además, el informe de la comisión de sabios también propone independizar los bienes inmuebles del IRPF para que tributen en exclusiva por el IBI. Es decir, que se deje de tener en cuenta el nivel de renta de los propietarios.
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