Belén Romana, la presidenta del Sareb, ha cobrado 295.000 euros en 2013… tras renunciar al 40,8% de su retribución máxima. Para Romana, la sociedad “no es una entidad financiera” y recalca que su decisión ha sido tomada “libremente”, sometiendo su régimen retributivo a las restricciones contempladas para las entidades que han recibido ayudas públicas.
Vamos, que la mujer no ha perdido la cabeza, simplemente le parece suficiente ganar casi cincuenta millones de las antiguas pesetas por su labor laboral. Que no digo que sea tarea fácil, por supuesto, pero también hay trabajos que entrañan mucho más peligro y los salarios de estos trabajadores no llegan a los 12.000 euros anuales. Diferencias disparatadas, ¿no creéis?
Sea como sea, el límite para el cargo de la señora Belén Romana es de 500.000 euros anuales, más un variable que puede llegar al 60%. La presidenta del banco malo ya explicó en su momento que renunciaba a todo tipo de variable y a un 30% del fijo. Así, en 2012, Romana cobró la nada despreciable cifra de 32.916 euros por el único mes que estuvo al frente de la sociedad.
¿De verdad son merecidos semejantes salarios? A mí me parecen indecentes.
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