Jean Claude Juncker, nuevo presidente de la Comisión Europea, ha propuesto hoy durante su discurso de investidura en el parlamento europeo, un plan comunitario de inversión que cuente con 300.000 millones de euros que mejora la competitividad de las empresas, permita crear empleo y consolide el crecimiento económico.
Juncker ha afirmado que el plan debería estar aprobado para el próximo mes de febrero y sus inversiones se destinarían a la reindustrialización de los países miembros, proyecto de energía, de telecomunicaciones, de I+D+i y de infraestructuras de transporte.
La financiación del plan no se hará incrementando la deuda pública de los países de la Unión Europea, sino con las dotaciones presupuestarias de los fondos comunitarios y la colaboración del Banco Europeo de Inversiones.
Juncker, tras defender la gestión realizado por el Eurogrupo durante la crisis de la deuda, ha admitido que han podido cometerse errores, y que en el futuro, antes de rescatar económica a un país miembro, Bruselas realizará un completo análisis de las consecuencias de esa intervención, además de revisar la gestión de la “troika” para que tenga control parlamentario y su funcionamiento sea más democrático.
Para Juncker la zona euro debe trabajar para crear un “gobierno económico” que permita coordinar las reformas estructurales de los países y que otorgue ayudas económicas a aquellos estados que mejor implementen estas modificaciones en sus modelos económicos.
Por último, Juncker ha asegurado que luchara para erradicar la evasión fiscal y el fraude, así como la creación de una base común del impuesto de sociedades y la implantación de un impuesto a las transacciones financieras internacionales, promoviendo también la puesta en marcha de una renta de inserción para el conjunto de la Unión Europea y un salario mínimo en el territorio comunitario.
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