Al Gobierno del PP no le ha quedado más remedio que recular ante el anteproyecto de ley de la reforma fiscal, elevando el mínimo exento en el IRPF de la indemnización por despido en 2.000 euros por año trabajado, lo que equivale a sueldos rondando los 20.000 euros al año (para el afortunado que lo tenga).
Ha sido el propio Montoro quien ha indicado que se establecerá el mínimo exento superior a estos 2.000 euros por año trabajado, con lo que, supuestamente, las indemnizaciones por despido exentas del IRPF superarán el 80%. ¿Qué tal si dejan de haber despidos y se centran los esfuerzos en la creación de empleo en vez de pensar en abaratar los costes para dejarnos en la calle con una mano delante y otra detrás?
Ante esta rectificación, inocua a mi entender, el ministro defiende el anteproyecto como una “una propuesta para dialogar y negociar”. Además, defendió la posición del Gobierno en relación a que las indemnizaciones por despido han de tributar, como ya ocurre en el resto de países europeos a excepción de Francia. Y digo yo, ya que les gusta tanto comparar, ¿para cuándo un salario mínimo equiparable?
El Ministro de Hacienda también ha hecho especial hincapié en que el mínimo exento de 2.000 euros por año trabajado afectará al 20% de las indemnizaciones por despido (las más altas), con lo que el 80% restante supuestamente no se verá afectada. Además aseguró que la intención del Gobierno es incrementar este mínimo. Claro, como a ellos no los despiden… ellos se van.
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