Modestamente, desde este espacio propongo “otro tipo de bases económicas” que implicarían echar las bases para una transformación estructural de la economía. En primer lugar un diagnóstico certero sobre las bases de la economía real española, arrojará como resultado que no se puede apostar ni por el ladrillo, ni por el mercado crediticio como palanca de crecimiento a largo plazo. Por el contrario, a largo plazo, España debe apostar por transformarse en el corredor comercial del Sur de Europa, que es el único sector de economía real que puede apoyar el sector de exportaciones, ya deprimido con los tipos de cambio del euro. En segundo lugar, estrechar las relaciones comerciales con Hispanoamérica que le abre un gigantesco mercado potencial de consumo e inversión. En tercer lugar debe operacionalizarse la nacionalización de gran parte del sector financiero que ha dado muestras de su inviabilidad y que puede entregar recursos al Estado sin recurrir a impuestos, sino como ingresos directos. En otras palabras, el camino opuesto.