Los datos del paro no han podido ser más desalentadores en una semana que culminaba con luz verde, por parte de la Cámara de los Diputados, para reformar la Constitución y poner techo al endeudamiento del país.
Más de 50.000 parados han pasado a engrosar las listas de desempleados en un mes tradicionalmente bueno para la creación de empleo. Agosto y el turismo suelen enmendar la plana a la economía española de estas fechas. Sin embargo, este año ha sido precisamente el sector servicios el que ha “largado” al 70% de los nuevos desempleados.
Es cierto que también EE.UU. ha conocido sus datos de empleo y las noticias no han sido muy halagüeños. La Administración Obama se ha tenido que enfrentar a un nuevo estancamiento del Empleo y eso ha arrastrado a los parquets a una nueva jornada de pérdidas.
Por lo menos alguien ha sido capaz de salir a la palestra y acusar directamente a Angela Merkel de ser la causante de destrozar la economía de la eurozona. Los holandeses lo han podido decir más alto, pero no más claro.
Sin embargo, en España, PP y PSOE se han puesto de acuerdo por primera vez y lo han hecho para reformar la Carta Magna. Lo hacen de manera “express” y sin acudir a las urnas para conocer la voluntad del pueblo, único soberano de nuestro estado de derecho.
Al parecer eso es lo que exigía Alemania. Los españoles deberemos agradecer a la canciller alemana que haya conseguido un acuerdo entre Zapatero y Rajoy. Eso sí, los españoles parecen un poco cabreados con la medida, pero eso no parece preocupar y mucho menos detener al presidente socialista. De hecho, hasta uno de sus compañeros de partido, Antonio Gutiérrez, en otros tiempos Secretario General de CC.OO., será multado por su partido con 600 euros por votar en contra de la reforma constitucional.
Mientras, la Castilla-La Mancha de Cospedal se ha convertido en el laboratorio de ensayos de un futuro e hipotético gobierno de Mariano Rajoy. Los hechos no pueden ser más deprimentes: recortes, recortes, recortes… y más desempleados.
Infomorosos says
En una sociedad capitalista, basada en el consumo de las clases medias, no es de extrañar que la elevada tasa de paro y la reducción del poder adquisitivo, mermen las transacciones comerciales, enviando a más trabajadores al paro y alimentando así el proceso. No se de qué nos escandalizamos. Sigo esperando una nueva política de empleo, que aunque no redunde directamente en la generación de dinero público, sirva por lo menos para hacer el “boca a boca” a un sistema económico, que al parecer, espira su último aliento.
Ana Pérez says
Puede ser una tarea muy difícil, ya que las políticas de empleo (y en general todas las políticas) se enfocan precisamente bajo el prisma del mantenimiento de ese sistema económico que boquea… así no existe mejora social posible.