Uno de los asuntos estrella que estudiará el Consejo Europeo del mes de junio, en su reunión del próximo miércoles, será la evasión fiscal que sufre la Unión Europea hacia paraísos fiscales, un asunto de tal trascendencia que Van Rompuy, presidente del Consejo ha comentado que “he decidido incluir la evasión de impuestos en la agenda de la cumbre y aprovechar el impulso político para abordar este problema crucial”.
La Comisión Europea ha estimado en 864.000 millones de euros el fraude fiscal de 2011, una cifra que representa el 20% del Producto Interior Bruto de toda la Unión, por lo que para Diego López Garrido, ex-secretario de Estado para la Unión Europea, “hay que poner coto a los paraísos fiscales adoptando una posición enérgica y dura”.
La fuga de capitales se da, fundamentalmente, en las multinacionales que envían parte de sus beneficios a países con una fiscalidad más atractiva que la que legalmente les corresponde. Un informe del Consejo de ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea señaló hace tiempo que “el volumen de dinero que mueven estas jurisdicciones offshore no cesa de crecer y supone una amenaza para la estabilidad del sistema financiero en su conjunto”, opinión que comparte los Estados Unidos, quien ya modificó su legislación para impedir, al menos en parte, que bancos extranjeros puedan recibir dinero que tenga origen estadounidense.
El Consejo Europeo estudiará propuestas tales como firmar acuerdos de carácter bilateral con Suiza o compartir información fiscal, además de con el país helvético, con Mónaco, Andorra, San Marino y Liechtenstein, así como crear un autoridad tributaria de ámbito comunitario, redefinir que es un “paraíso fiscal”, eliminar los billetes de 500 euros o crear un Número de Identificación Fiscal aplicable en todo el territorio de la Unión.