Y es que, a partir del próximo 1 de octubre, todos los medicamentos de dispensación ambulatoria de los hospitales (es decir, aquellos que necesitan los pacientes que no están ingresados) pasarán de ser gratuitos a formar parte del copago sanitario.
Algunos os estaréis preguntando a quiénes afecta este nuevo recorte. Pues aquí tenéis la respuesta: a todos aquellos que necesiten medicamentos para retrasar la progresión en cáncer de mama avanzado como el Afinitor o el Tyverb, para tratar el cáncer de riñón avanzado o extendido a otros órganos como el Votrient; o para en el tratamiento de tumores cerebrales como el Temodal; además de otros tantos fármacos prescritos para la leucemia mieloide crónica (LMC), el tratamiento de tumores malignos no resecables y/o metastásicos del estroma gastrointestinal (GIST), para reproducción asistida, la artritis reumatoide, la degeneración macular o la hepatitis C crónica, entre otros. Además, se incluye dentro de la lista el sistema intrauterino liberador de levonorgestrel (SIU-LNG) Mirena, que es un sistema anticonceptivo; y, por otro lado, Lactest indicado para diagnóstico de la intolerancia a la lactosa.
Esta resolución es del 10 de septiembre de 2013 y la podéis comprobar, a partir de este jueves, en el Boletín Oficial del Estado.
Pero no os preocupéis, que serán de copago pero con aportación reducida. Tan sólo habrá que aportar el 10% del PVP del medicamento con un máximo fijado en 4,20 euros… a día de hoy. En aquellos casos en los que el envase del medicamento no sea el convencional, la aportación se ajustará a la parte proporcional de medicamente suministrado.
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