El desplome del modelo productivo tradicional en España, basado en el ladrillo, está haciendo que todas las miradas se centren en la reindustrialización del país, un tema despreciado y ninguneado durante los años de bonanza económica.
La importancia de la industria en España se sitúa en el 16% del Producto Interior Bruto, cuando desde la Unión Europea se recomienda llegar al 20%. Por si fuera poco, entre 2008 y 2012 desapareciendo 31.292 empresas industriales en nuestro país, el 14% de todas las que se ha llevado por delante la crisis, con una pérdida de empleo cifrada en 800.000 puestos de trabajo.
Ante esta situación, el Ejecutivo central ha elaborado, junto con Boston Consulting, un informe denominado “Estudio para el fortalecimiento y desarrollo del sector industrial en España”, en que se enumeran una serie de propuestas para relanzar la industria nacional, que en dos años crearían 370.000 empleos y aumentarían la importancia de la industria hasta alcanzar el 17,4% del PIB.
Cada uno de los agentes sociales, patronal y sindicatos, han redactado sus propios informes sobre la materia y obviamente, las soluciones difieren, pero todos coinciden en que la política industrial debe volver a ser un tema estrella para cualquier gobierno de España, y que muchas de las soluciones son a largo plazo, por lo que sería necesaria la firma de un pacto de Estado entre todos los actores implicados para poder desarrollarlo al margen de los vaivenes políticos que se vayan dando.
Simplificando mucho, las recomendaciones se centran en que las empresas puedan financiarse sin depender tanto de los bancos, mejorar su internacionalización con la búsqueda de nuevos mercados de negocio, que los productos españoles tengan un valor añadido de calidad y apostar claramente por la I+D+i.
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