Hace unos días os contábamos que el banco más importante de Portugal, el Espírito Santo, pasaba por serios problemas económicos que hacían temer por su supervivencia.
La premonición se ha confirmado y el Gobierno de Portugal ha tenido que intervenir el banco. Sus activos sanos y recapitalizados pasarán a una entidad financiera nueva, denominada Novo Banco, mientras que Espírito Santo se quedará con todos los activos con problemas y tóxicos.
El Ejecutivo luso entiende que de esta manera se garantizaba mejor el dinero de los ahorradores, entre los que hay 75.000 españoles.
El Espírito Santo desaparece tras 94 años de historia y de sus cenizas surge el Novo Banco, que cuenta además con 4.900 millones de euros para recapitalizar sus balances, la mayoría de los cuales provienen de ayudas comunitarias.
Pero Europa no ayuda gratis, y en este sentido el profesor de economía de la Universidad de Alcalá, José Carlos Diez, ha afirmado que la troika exigirá a cambio de las ayudas al Espírito Santo que la nueva entidad reduzca el número de créditos que otorga, algo que alargará la deflación en la que está sumida Portugal y es muy probable que la economía lusa entre de nuevo en recesión.
Por su parte, el gobernador del Banco de Portugal, comentó al dar la noticia de la nacionalización del Espírito Santo, que la medida permitiría estabilizar la economía del país, además de proteger a los depositarios. Desde la nueva entidad, el Novo Banco, se ha asegurado ya que todos los ahorros, sea cual sea su cuantía, están asegurados, algo que no pueden decir los accionistas del Espírito Santo, que ven como su inversión se pierde ante la caída del segundo banco más grande del país vecino.
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