Mientras que España está a punto de entrar en deflación, por muchas raíces profundas que nos quiera vender Mariano Rajoy de cara a las elecciones, a Alemania le empiezan a saltar las noticias nada favorecedoras, algo que a la canciller Angela Merkel o no le importa en absoluto o debe estar que se la ‘llevan los demonios’.
Y es que, según Ulrike Mascher, presidenta del organismo social VdK, cada vez son más los jubilados alemanes de más de 75 años que deben emplearse en un “mini-job” para poder llegar a fin de mes. Queda así patente que los “buenos datos” de empleo de Alemania esconden entre líneas condiciones cada vez más duras de trabajo y salarios más bajos: la pensión media de dicho país ha descendido de 1.032 años en el año 2000 a 953 euros en 2011.
Estos “mini-jobs”, que consiste en repartir periódicos, reponer estanterías de supermercados u otros empleos similares, ofrecen unas condiciones lamentables para los trabajadores, los cuales ni siquiera llegan a cobrar 400 euros al mes ni cotizan a la seguridad social.
Según los datos facilitados por el propio Gobierno alemán, un millón de jubilados se ve en la necesidad de trabajar para llegar a fin de mes. Y de ellos, 120.000 superan los de 75 años de edad. Eso en Alemania, échale en los ‘PIGS’ y más concretamente en este país, donde ni siquiera quieren contratarlos.
¿De verdad queremos una Europa así?
Foto | Georgie Pauwels