Hay que retroceder casi dos décadas, hasta 1994 para encontrar una cifra similar a la que la Encuesta de Población Activa (EPA) ha publicado hoy. España celebra otro espantoso récor de desempleados: 5.639.500 personas no tienen trabajo. Casi 2 millones de hogares españoles tienen a todos sus miembros parados. La tasa desempleo ha llegado casi al 24,5% de la población activa y el 50% de los jóvenes no encuentra trabajo.
Los tintes, de por sí dantescos, resultan más extremos si se tiene en cuenta la extrema reforma laboral emprendida por el Gobierno y que sin embargo, por mucho que la ministra Fátima Bañez quiera hacernos comulgar con ruedas de molino, no ha servido para otra cosa más que destruir derechos que deberían ser irrenunciables para los trabajadores.
La cifra de parados ha subido un 7% con respecto al primer trimestre del año pasado, cuando el entonces líder de la oposición aseguraba que, con su partido en el Gobierno, se crearían puestos de trabajo ipso facto. Aquí están los hechos y no pocos españoles entonan ya un mantra que comienza a superar decibelios y se aleja del simple susurro: Mariano Rajoy, dimisión.
Un gran número de esos desencantados que forman la bolsa de votos que otorgó al presidente del Gobierno la mayoría absoluta, que se esgrime casi como antaño el derecho de pernada, empiezan a cuestionarse su decisión ante las urnas, por mucho que con las nuevas tesis del partido en el poder eso pueda hacernos incurrir en delito de rebelión, desobediencia y hasta terrorismo, que todas esas barbaridades contempla la nueva legislación de los populares, mientras las previsiones para España no paran de empeorar.
Pero no hay mayor acto de terrorismo que el de sentarse a contemplar el hambre, la miseria y la desesperación de millones de familias. Europa empieza a cuestionarse si la política económica de austeridad no ha sido un enorme error, que habrá que parchear con incentivos al crecimiento. España no puede ser la única que se quede sentada bajo el culo de la canciller alemana, mientras los españoles vuelven a coger la maleta para trabajar en una Alemania, que también tiene a 8 millones de personas cobrando menos de 400€ mensuales.
Imagen: rtve
madridremix says
Claro que sí! lo que pasa es que no todo el mundo puede dejarlo todo y rehacer su vida, a veces hay que quedarse, apretar los dientes y esperar a que todo caiga, que será cuando se solucionará…. pero de un modo diferente.