Por el momento, el estilo del nuevo gobierno parece ser gobernar entre las cuatro paredes del despacho de Rajoy; pero con un estilo comunicacional donde Rajoy aparece y desaparece. Se trata de una estrategia comunicacional con cierta astucia; pues las medidas son zigzagueantes y de hecho van a tener un costo político importante, sobretodo porque contradicen las promesas electorales del propio Rajoy. Particularmente en secreto se ha discutido sobre la subida de impuestos que el gobierno aplicará sobre el IRPF, que tiende a castigar a las clases medias, mientras se mantienen intactos los impuestos a las sociedades, donde se mantienen los más altos capitales.
En términos políticos se trata de una medida compleja, Rajoy busca adelantarse a las cifras negativas del déficit, que ya se han confirmado en la barrera del 8%. En términos políticos se busca reaccionar antes de que la prima de riesgo pueda experimentar una nueva alza, y afianzar la recaudación. Es una estrategia política de cara a los mercados; pero no de la ciudadanía. Pues mientras los sectores cercanos a los sindicatos tiene una distancia con el gobierno de Rajoy, la clase media, le había entregado su favor para estas últimas elecciones; sin embargo, las medidas muestran que el sector que Rajoy busca proteger, son las clases más altas de la sociedad española.
Además es posible prever una subida del IVA, apenas el consumo interno muestre algún tipo de recuperación. Es cierto que se ha mostrado astucia, manteniendo el importe para los parados sin prestaciones y subiendo las pensiones, lo suficiente como para que tenga resonancia pública. Pero la subida del IRPF, puede ayudar a incubar el malestar social de la clase media, que hasta el momento no ha estado tan presente en las manifestaciones públicas. La política de las cuatro paredes es un lance peligroso, que hasta el momento Rajoy maneja con astucia, pero al límite de la temeridad.