Si a partir de hoy el Gobierno continúa con sus acrobacias eufemísticas para evitar llamar rescate al rescate, será solo otra absurdez más de las muchas a las que ya nos tienen acostumbrados en estos interminables circunloquios que tanto el presidente, como los miembros de su Ejecutivo, han venido utilizando desde su llegada al poder, para intentar ocultar la realidad de un país que hace mucho que anda despeñado.
Entre esas realidades ocultas figuran incluso documentos, como el que hoy Angela Merkel ha puesto en manos del Bundestag, antes de la votación que debe aprobar la participación de Alemania en el plan de ayuda a España.
En el citado documento, que también manejan los gobiernos de Holanda y Finlandia (que tambien votan su ayuda a nuestro país), se deja libertad para que España use lo que sobre de la refinanciación de los bancos para acudir a los mercados de deuda y participar en su propia subasta del Tesoro, además de actuar en el mercado secundario para relajar la prima de riesgo.
Todo ello será posible siempre que España cumpla escrupulosamente las 32 condiciones, sine qua non, que Europa exige para hacer efectiva su ayuda al Gobierno español. Sin embargo, mientras en los otros países se debaten las condiciones del rescate español, en nuestro país, ni siquiera el Congreso ha podido conocer esos documentos y mucho menos debatir nada.
Por supuesto, de esos documentos -nada menos que 132 páginas sin desperdicio- se desprende que España responde completamente como deudor. Y ahora, después de esto, podemos llamar al rescate como Mariano Rajoy quiera, que España será rescatada.
Imagen: Mangas Verdes