Mientras el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, declaraba hoy en la prensa que no podía cumplir sus promesas electorales porque la realidad se lo impedía; en el país vecino, el primer ministro francés, Jean-Marc Ayrault, lanzaba un mensaje mucho más solidario con los ciudadanos españoles y con el país: “No es justo que España o Italia, que hacen esfuerzos considerables para salir adelante, estén obligados a tener créditos a tipos tan elevados”.
Por un lado se nos antoja necesario preguntarle al presidente español qué ha estado haciendo, mientras era jefe de la oposición, para no conocer la realidad española; dónde ha vivido durante la campaña electoral, para no conocer la realidad española; de qué tipo de asesores ha estado rodeado, que le han camuflado tan bien los problemas de su país…
Por otro lado, resulta curioso que mientras nuestro Gobierno le baila el agua de manera incondicional a Angela Merkel y su tiránico concepto de Europa, la izquierda que gobierna en Francia se encargue de tirar de las orejas a los neoliberales para solicitar que se deje respirar un poco a sus socios comunitarios y se modifique el Tratado de la Unión, de manera que estos desmanes no se vuelvan a repetir.
¡Qué maneras tan distintas de concebir una Europa unida! Sin solidaridad y respeto entre los estados miembros no vamos a ninguna parte; por tanto, Rajoy y Merkel son dos actores que sobran para una Unión Europea sana.
Imagen: Euroxpress