Algunos medios hablan de sensación generalizada, pero no señores, no es una sensación, es una realidad pura y dura. Los españoles hemos perdido poder adquisitivo de manera alarmante debido a la subida de la luz, de los combustibles, del IVA… con una inflación del 2,9%, todo muy por encima de los límites marcados por el Banco Central Europeo.
Siguiendo con las buenas nuevas, los ingresos de los españoles disminuyen a ritmos espeluznantes. Por un lado, tenemos a los pensionistas con unas pensiones revalorizadas muy por debajo de la subida de los precios; por otro tenemos a los funcionarios a los que se les ha denegado el derecho a la paga extra, lo que supone de facto una bajada salarial; y en lo que al sector privado respecta y gracias a la reforma laboral aprobada en febrero, los empresarios gozan de una mayor flexibilidad para reducir los salarios prácticamente a su antojo (eso para, supuestamente, evitar los despidos).
A día de hoy aún se desconocen los datos concretos de las reducciones salariales del sector privado. Si nos guiamos por el estudio de International Business Report publicado este verano por parte de Gran Thornton, en nuestro país tan sólo un 1% de los negocios ofrecerá un aumento salarial superior a la inflación, un 11% los reducirá y un 46% los congelará.
Lo dicho, un estupendo resultado en el que el poder adquisitivo de la mayoría de españoles y residentes en este país será reducido alarmantemente. Por no decir, directamente, que nos meterán de lleno en la pobreza más absoluta… puesto que me dejo de lado los millones de parados.
Imagen: kaosenlared