La revolución ciudadana que ha tenido lugar en Ucrania, con un cambio de gobierno y la convocatoria de elecciones para el próximo mes de mayo, han sacado a la luz la complicada situación económica del país. Sus nuevos dirigentes ya han anunciado que para poder hacer frente a las necesidades básicas necesitarán, hasta finales de 2015, unos 25.500 millones de euros.
Yuri Kolobov, viceministro de Finanzas del gobierno en funciones ucraniano, ha comentado hoy mismo que “en estos últimos dos días hemos celebrado consultas con los embajadores de la Unión Europea, Estados Unidos y otros países, así como con organizaciones financieras internacionales para que Ucrania pueda recibir macroayuda financiera“.
Para pactar la recepción de esta ayuda, el Gobierno de Kiev ha propuesto celebrar una conferencia de donantes que permita dar un impulso a las reformas y a la modernización que necesita el país centroeuropeo.
Alexandr Turchinov, jefe del parlamento ucraniano y presidente del gobierno interino, ha afirmado que “la situación en Ucrania, en particular la económica, es catastrófica. El gobierno de Víktor Yanukovich arruinó la economía y en las arcas fiscales no hay dinero“.
La Unión Europea ha contestado ya a la demanda ucraniana y Elmar Brok, jefe del Comité de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo, comentó ayer mismo que las instituciones comunitarias “podrían poner sobre la mesa 20.000 millones de euros” para evitar que Ucrania entre en quiebra por no poder hacer frente a sus obligaciones financieras.
Por supuesto, la ayuda de Europa, que se utilizaría para mejorar las condiciones de la economía ucraniana, estaría supeditada a la posterior firma, por parte del gobierno de Kiev, del Acuerdo de Asociación con la Unión Europea, un pacto que el destituido presidente Yanukovich se negó a firmar y que marcó el comienzo de las protestas ciudadanas en noviembre del año pasado.