Parece que en este país, para que nos queden las cosas claras, nos lo tienen que decir desde fuera. Me estoy refiriendo al nuevo artículo publicado en The New York Times, en el que se denuncia que cientos de trabajadores no están cobrando por sus servicios y que no cesan los contratos por miedo a no recibir los salarios que les corresponden. Las palabras concretas empleadas son: “cobrar por el trabajo que haces ya no es algo con lo que puedas contar en España, un país que atraviesa su cuarto año de crisis económica”.
Y es que, además del miedo a perder el derecho a cobrar los pagos atrasados si dejamos los puestos de trabajo, tenemos poco dónde poder escoger, ya que la oferta laboral escasea de forma alarmante, como todos sabemos. Así que, como buen españolito de a pie, reaccionamos fielmente a los refranes. En este caso, al de ¡madrecita que me quede como estoy!
La falta de pago por parte de las empresas a sus trabajadores se da tanto en las compañías públicas como privadas. Las administraciones autonómicas y gobiernos regionales indican que están haciendo todo lo posible por abonar las nóminas del personal a su cargo ya que, haciéndolo, conseguirían reactivar la economía de sus comunidades.
En lo que respecta a los empresarios, éstos aducen que la falta de pagos se debe a que los clientes, o no pagan o lo hacen tarde, con lo que se ven atados de manos y pies con la soga al cuello.
Ahora bien, teniendo en cuenta que hay situaciones en las que verdaderamente ocurra lo que indico, tampoco debemos olvidar que más de uno habrá que aproveche la situación para alargar esta penosa situación, ya que cuando el trabajador reclama su indemnización por incumplimiento de contrato, la justicia solicita la vigencia de la relación laboral en el momento de dictar la sentencia correspondiente.
Aunque se supone que desde el pasado mes de julio, el Tribunal Supremo dictaminó que, ante los reiterados retrasos en los pagos salariales, el trabajador avocado a abandonar el empleo conserva su total derecho a percibir la indemnización correspondiente por recisión del contrato.
Sigue NYT, sigue, a ver si alguien te lee y ‘escucha’.
Imagen: arribalosqueluchan